martes, 20 de enero de 2015

El camino hacia el café perfecto


Para muchos de nosotros es casi una rutina ir a cadenas como Starbucks o Dunkin’ Donuts por nuestra dosis diaria de café. Pero más allá de dicha bebida, la “experiencia” brindada es la que hace la diferencia. Pareciera que esta es la causante de una leve pérdida  del sentido del gusto. Pero si por un momento nos concentráramos solamente en la calidad del café, estaría muy por debajo de uno que podamos percibir como “regular”.

Para poder considerar a un café de alta calidad existen, en mi opinión, más de un factor a analizar. Si bien en lo primero que nos concentramos es en el sabor, no hay que ser un barista o catador experto para reconocer un buen café. El cuerpo, la acidez y el aroma son solo algunos de los resultados influenciados por el tostado, el método de preparación, el tiempo y por último, el propio origen del café.

Así que, a menos que tengamos acceso a un café de muy buena calidad, muy bien tostado y extraído exactamente a nuestro gusto, no nos quedará otra alternativa que aprender a sacarle el jugo a las opciones que están a nuestro alcance. Para ello, sólo necesitamos hacer algunos cambios a nuestros hábitos cafetaleros, desde una pequeña inversión extra, hasta dedicarle un poco más de atención y tiempo por las mañanas.


En primer lugar, debemos tener en cuenta que un café mal procesado y mal tostado no se volverá bueno mágicamente pese a nuestros esfuerzos por prepararlo bien. Por ello, gastar un poco más de nuestro presupuesto (que de igual forma gastamos en una cafetería comercial), no nos vendría nada mal. Se puede conseguir un buen café (Tunki, Velóver, Vidurrizaga) a aproximadamente S/. 30 el medio kilo en supermercados, así  también como marcas independientes en algunas cafeterías  de Lima como Café Verde. Es mejor obtenerlo en grano y molerlo justo antes de la preparación, así podremos conservar el sabor y la textura de este. Garantizar la calidad del café será el primer paso para obtener un buen resultado final.


Lo siguiente a considerar es el método de extracción. Si bien hay un gama muy amplia de métodos que elegir, según nuestras preferencias, como la acidez, la dulzura, el cuerpo y las notas de sabor que queremos destacar; hay un método que desde mi punto de vista nunca falla: el Chemex. Esta forma de extracción, una cafetera pyrex en forma de matraz, es mi preferida entre muchos e ideal para quien busca acentuar la pureza y notas de los sabores particulares del café como su aroma. Un Chemex regular cuesta aproximadamente $40, una inversión que sin dudas vale la pena. Si quieren aprender más sobre este método y su preparación, ingresen aquí